viernes, 1 de junio de 2012

Gracias!

Alguna de las actrices suele decirme que tengo lavia. Y no es que sea mentira, pero tampoco se crean que lo que escribiré debajo de estas líneas tiene que ver con una mayor facilidad para expresarme. Es simplemente producto de las emociones que me ha dejado estas fabulosas funciones con Nuestra Señora del Rostro Rasurado.

Anoche fue una función maravillosa. Cada una de las actrices dió un gran paso. No se trata sólo de cualidades sobre el escenario, se trata de un compromiso íntimo y personal con la obra. Muchas veces los actores participan de una puesta en escena porque no tienen otra que les interese más. Actúan por seguir actuando. Pero en este caso, creo que las actrices de Nuestra Señora están contentas con la obra.
Y eso da como resultado un intenso trabajo actoral y emocional.
Seis mujeres, cuatro hacemos papeles masculinos.  Es increíble la transformación que sufrimos. Isabel De La  Torre con las cejas un poco pintadas y un bigotillo, consigue transformarse en un hombre. Se le inyectan los ojos de una manera difícil de describir. Sus movimineots, sus gestos, nos hacen olvidar que es una mujer risueña y graciosa para sentir por su personaje asco, repugnancia y ternura.
Beatriz Pasamón, convertida esta vez en Inquisidor y haciendo doble personaje ( a pedido de las exigencias de guión) en la obra, no necesita más que una túnica de terciopelo y una muda de ropa oscura apara llenarnos de risas y escalofríos. Una verdadera soltura en el escenario y una entrega total y absoluta.
Ángela tejedor García, también impregna la obra con el carisma de un enterrador de risas nerviosas y un ginecólogo de extrema derecha que votaría al PP, sin pensarlo dos veces. El trabajo de Ángela, de convertirse es un ser seco y parco, es impagable!
Cristina Sanchez y Natalia Plascencia ambas hacen personajes femeninos.  Ambas muestras con su maravilloso trabajo dos tipos de mujeres muy diferentes pero ambas víctimas de esta pesada carga que llevamos las mujeres y que está tan bien denunciada en esta obra. Cargadas de emotividad y valentía nos llevan a comprender el sufrimiento que la obra quiere denunciar.
La función de anoche me hizo felicitar a cada una por separado y decirles lo bien que habían estado.
Entregaron todo y recibieron mucho de la magia del teatro. Magia que ellas hicieron posible por su dedicación.
Estoy contenta por el trabajo, orgullosa y ahora un poco más relajada.
Pero también sé que viene más trabajo. La obra gusta y pide más.


1 comentario:

  1. Marce, tienes labia, eso que dices de nosotras es maravilloso... te quiero.

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